Monday, October 12, 2009

Suburbia: Aprenda a Estar Tranquilo, Olvídese de Todo y Sea Feliz

Los estados de insatisfacción nos suceden cuando los objetivos trazados no se han logrado o simplemente, como es en mi caso, tenemos todo lo que queremos pero se quiere aún más. Hay días que me siento a gusto con lo que tengo, pero como suele ocurrirme a penas me siento conforme todo mi entorno pierde valor. Cuestiono la vida, la sociedad, e incluso los logros que tengo –que no son muchos pero algo es algo. Como suele suceder termino mirando a la vida como un cuerpo en plena putrefacción con una sociedad expirada digna de ser exterminada por el supuesto dios que la creo. Son días donde el cielo adquiere nuevas formas y el aire lleva y trae la crisis. El tiempo se vuelve un abismo en donde cada instante está llena de una reflexión y un sentir. A veces es cuestión de minutos para solucionar el algoritmo existencial del que caigo abatido en otras ocasiones son horas y en veces días. Pareciera que no hay mayor satisfacción que el estar insatisfecho. Esta fue la razón principal que escribí en mi aplicación para el curso de “Suburbia: Aprenda a Estar Tranquilo, Olvídese de Todo y Sea Feliz”. El afamado curso que es recomendado a seres errantes para lograr lo que sociedad le sobra: felicidad, tranquilidad, y estabilidad además de gordura e ignorancia. Porque sépase que uno de los eslogan de la Suburbia es “Ignorance is Bliss”. Me inscribí al curso con el objetivo de volverme normal y sentirme igual que los demás. Gozar de una carne asada, de ver beisbol y emocionarme como pendejo, poder pasear un pinche perro y poder recogerle la popo con mis propias manos - !qué asco! Hasta ahora no ha sido sencillo y a veces realmente me pregunto ¿qué rayos hago en Suburbia 40999?

Al menos me dejaron traer conmigo mi Polaroid para sacar fotos a los niños y perros de los vecinos. Mi consejero (ósea mi adiestrador) me dijo que podía traer mi bicicleta siempre y cuando subiera de peso hasta que no me quedaran mis jeans. Al parecer la necesidad de perder peso es la única crisis existencial que sufren los oriundos de Suburbia 40999. No tuve más opción que acatar las órdenes. En los últimos tres días ha sido difícil a ver el televisor. No dejo de ver por las ventanas el tanto cielo afuera implorándome que lo transgreda. Mi primera tarea fue ir al supermercado con una lista de mandado y una cantidad exacta de dinero. ¡Qué idiota me he sentido! ¡Qué triztesa no haber podido comprarme el chocolate que tanto queria? Mi consejero me dio una agenda del 2009 para que comenzara a organizar mis contactos y administrar mejor mis actividades sociales porque según él no se puede llamar a la gente así por así, primero se pregunta si puede salir para después determinar la fecha, hora y lugar. La gente tiene que trabajar y no es recomendable salir los lunes por las noches.

Estoy dispuesto a acatar ordenes y atender todos los consejos, mi éxito está en seguir las indicaciones a pie de la letra, en fingir alegría, o
excitement como le dicen, cuando algo estúpido sucede o es dicho. Este es mi nuevo reto buscar ser feliz para estar conforme dentro de una casa con una sola mujer, con hijos, dos autos en la cochera, un salario, un horario fijo de trabajo, un perro cagon, y la idea de que todo en este mundo es perfecto, o wonderful, amazing, or oh my god so cool, como mucha gente dice…

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