Friday, October 9, 2009

Suburbia mundo de anfetaminas y kriptonita cuarta generación - I

Las calles de Suburbia 40999 están vacías por las mañanas. Los perros han sido caminados, los niños han sido devueltos a los zoológicos escolares, los hombres y tanto mujeres han manejado a sus trabajos respectivamente; el sol brilla y después de del medio día saldrán un par de mujeres a empujar unas carriolas con sus crias y bolsas del super mercado. Por ahí una que otra quedara rezagada frotandose el vientre con el firme deseo de por fin dar a luz a otra cria y poder reintegrarse al trabajo.

Acá sigo en cautiverio escondido. Yo soy uno de esos del barrio, ademas de globalizado soy cosmopolitan. Mi cruz y mis alas son la poesia, la mentira es la filosofia, y el horizonte lo tengo perdido. Tengo otros modos quiero decir. Mi refugio esta en mi computadora, mi consuelo por ahora es escuchar el tecleado, mi esperanza esta en el brillo del monitor, mi porvenir parece estar en un e-mail que todavía no leo. Sigo sintiendo hambre a pesar de haber tomado las anfetaminas, continuo confundido y ansioso. !Es tan difícil el proceso de suburbianisacion! Trabajo desde las cinco de la madrugada mi a priori es seguir subsistiendo en esta sociedad, las anfetaminas me las tomo para validar mi existencia en suburbia 40999; para demostrarles que como ellos yo también puedo adaptarme a su paz y tranquilidad, que puedo ver televisión todos los días, que puedo reir de estupideces o cosas tan simples y banales, pero bien importante, que los fines de semana puedo dedicarme al home improvement.

Hoy es viernes me han dicho. Este es el día de la semana donde supuestamente la tranquilidad y la paz llegan como la noche. El momento en la vida suburbia cuando la crisis existencial cesa y da entrada a la abominable felicidad que termina por dormir a los cuerpos y desligar al recuerdo de su memoria. Dias de Yoga para admitir que hay un espiritu. Son días donde las anfetaminas se pueden dejar de tomar, son días para comer y olvidarse de la agenda. Yo estoy listo para vivir mí viernes en Suburbia 40999 a pesar de no tener una rutina. Confieso que ha sido difícil estar aquí sin un plan de vida a seguir. No tengo reloj menos organizador mi único plan en los últimos ocho años ha sido dejarle los eventos de mi vida a la contingencia. Aca los surburbianitos se lo dejan todo a la buena obra de dios o al autismo de su gobierno. Son cosas irremediablemente cotidianas que me gustaría poder vivirlas algún dia.

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