Sunday, October 24, 2010

Dia de cielo opaco de llovizna incipida que si escupís para arriba con seguridad mojas el cielo.

Hasta las personas más audaces y perspicaces como yo podemos tener un momento de desolación. No era de esperarse el estado anímico en que me encontraba si el trabajo había cesado y las horas del día se habían alargados largas por un cielo opaco de una llovizna insípida que con seguridad si escupía para arriba mojaba el cielo.

Con el gorila del trabajo controlado, volvía a deambular dentro de mi casa. Camina de un lado a otro con  el gato detrás de mí. Quedándome quieto victima por un despiste mío se convertia en el momento ideal para saltara encima de mí. Mordía mis huesudos brazos mientras yo gritaba "gato hijo de puta salí!!!," así era como me lo sacaba de encima. Esto me volvía hacer caminar del cuarto a la cocina y de la cocina al baño pues sepase  que vivo en un piso muy compacto.

Seguía echándole la culpa a los muebles y por supuesto a Lady Kokodrile. Admito que podría tener la culpa de toda esta situación infavorable, pero yo solo cometía errores técnicos; los errores de diseño eran responsabilidad de mis padres.  Yo ya había hecho mucho con lo que habia sido, era y soy. Agréguese a toda esta querella hogareña, el agobio de los mensajes de text de Lady Kokodrile pidiéndome datos, memorándums, y no sé que otras vainas del Enterprise. Mi móvil parecía una cuenta Tweeter de un artista. Formulé que “estar chingando” es muy idéntico a “estar twiteando”, porque ambos se apoyan en una serie de comportamientos obsesivos.  

En conclusión, pense que la vida seguía igual y solo cambiaria si durmiera todas las horas que llevo sin dormir o mejor si perdiera el conocimiento y despertara dentro un hospital diciendo que era ruso y mentandole la madre a las enfermeras y por supuesto al doctor en la lengua de Gogol .

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