En la desgracia del cielo envoco un sueño

En el allá entonces sucedí como algo natural.

Hoy el cielo vive una anticipada desgracia. Un otoño sin árboles obstinado se aprieta a las nubes, estas caen en pedazos en lluvia encharcando los callejones baldíos. Han pasado las horas y no ha parado de estar gris. Malhumorado conseguí adelantarme solo para caer distraído por una vil sonrisa. Volví a escuchar el teléfono pero esta vez no lo conteste.

Me levanté odiándolo todo otra vez. Conocía el remedio, digamos la solución a todo este momento desmoralizador, pero ahora más efectuar la accion me causa escalofrió en mi espalda. Ya no soy el mismo ni se me antoja ser el de antes. Al menos no tengo la agobiante presencia de Lady Kokodrile y tampoco tengo en mi líneas de sub-consciente la necesidad de contactarla. ¿Para qué quiero más calamidad en mi vida?

Hoy sucedo como algo irreconosible y perverso.