Saturday, February 26, 2011

Era todo una mala idea

Estaban muertas las palabras, moribundas las ideas, enfermos los días. Había muerto Sócrates desde hace rato solamente quedamos nosotros. No existía manera de transcender ni siquiera podíamos trastornarnos con el tribalismo de la existencia de Jesús como el Dios de todos los Dioses. Desde cualquier punto cardinal del apartamento se podía distinguir el cielo desmigajado deshaciéndose en llanto. Regresarse a los confines del colchón y volverse a abandonarse en los eventos del sueño freak era empeorar el asunto. Salir a buscar la vida era enfrentarse a un gigantesco muro gris de algodón sintético. Ahora aventurarse hacia la calle ¿Cómo? si estaba atascada con la sangre del cielo. Cólera de San Pedro o castigo de Poseidón, en Las Vegas con seguridad podríamos por fin triunfar sobre la catástrofe del invierno.

Tuesday, February 22, 2011

Hace un par de horas.

Psicodélica mañana de recuerdos. La almohada en medio de la cama radiando todavía de amor. Es sabido que el colchón recuerda mejor que yo. Giro, sigo la sombra del gato, pasos hacia a la cocina. A estas horas y en la condición en la que me encuentro no tengo otro destino mejor. Antes del té, el café et le croissant du chocolate miro por la ventana. No busco el amparo de Dios ni el calor del sol, busco la penumbra de la noche. Me resigno a la luz matinal, la aparición de la sonrisa siempre amiga del horror de la rutina. Ella tan común y corriente es la consagrada mercenaria del espíritu humano. Terror de fin de mes. Los bolsillos con telarañas y la billetera preparándose para la carnicería. Miro la penumbra del gato que en su piel no conoce la luz de día, por fortuna. Preciso recordar quién era antes de mi sueño, la máquina del tiempo, el aroma, la crema… espresso triple para la sangre y me olvido de la noche.

Saturday, February 19, 2011

Soy un Karamazov

Podría ser la psicosis predilecta de cualquier escritor de los setenta. La inspiración de Nietzsche para declararse el anti-Cristo. Incluso podría ser el reflejo del cantante maldito que piensa escribir una nueva canción. Era yo, Ivnh, la aberración de una idea, el paradigma de un nuevo tiempo.

En estos últimos días vivía con las necesidades de un Karamazov. Me movía entre la realidad de mi patética vida con el instinto de Mitya. La regularidad de la nada me tenia sujeto a una serie de sueños freak por las noches y una constante preocupación por los días. Faltaba lo que siempre hay trabajo y dinero. Por su puesto las comodidades habían desaparecido y estaba obligado a desafiarme a mí mismo para volver a obtenerlas. Quizá mejor era huir por la ventana y dejarla abierta a los ladrones. ¿Pero como rajarse? Sería una derrota sobre otra. Podría estar perdiendo mi capacidad de interpretar los tiempos para así navegarlos con tranquilidad. ¿Tan normal me estaba convirtiendo?

Saturday, February 5, 2011

Signos vitales

Han sido 15 días desde mi regreso. Algunas cosas estaban en marcha, otras estaban atoradas mientras en la distancia unas comenzaban a desplomarse si no actuaba pronto para prevenirlo. El mundo material siempre tan frágil al menor descuido se venía abajo. Faltaba atrasarse con los pagos de la electricidad para entrar en caos total. Me forcé un panic attack para ir adquiriendo mi actitud beligerante. Era tiempo de tener claro que ya no estaba en transcendencia o andaba de aventura sino que caminaba por la banqueta como todo el resto de la manada borrega. No había manera de escaparse ni tampoco de morirse. No es que me lo tomara a la ligera, pero por lo general, esto siempre ocurre después de haber vivido en la calle despilfarrando dinero. Además no podía quejarme sabiendo de ante mano que mi vida está llena de contingencia y mas todavía todo el evento de mi existencia con sus cuatro dimensiones esta sostenida de esfuerzos. Era simple si yo no me esmeraba en un cometido todo se derrumbaba. Rehusaba entrar en una vida automatizada. Mi caracteristica anti-borreguil ma había llevado a implantarme otros patrones de vida en donde nada tenia asegurado y todo debia ser buscado. Mi realidad era a base de logros y no de automatizaciones. Nada tenía asegurado más que la muerte y la pestilencia presencia del Gato sicótico que me servía para recordarme de que tenía una sombra.