Wednesday, March 23, 2011

Algo irónico para empezar

Bueno... digamos que es algo irónico para empezar, pero en realidad no es nada del otro mundo. Han sido tres días de andar al límite. Fastidiado de gente, animales y todo el ente —¡así de sencillito!

Estos últimos días dentro de la oficina obligado al horario de humano me han dado un toque de humildad. Soy vulnerable a la tragedia apocalíptica del hombre borrego. Puedo morir siendo un hombre cotidiano, accidentarme en el trabajo y quedar paralitico para siempre, ponerme gordo y ser nefasto.
Tuve que bancármela, poner cara de tarado y pasar por uno más —¡gracias a las mil putas soy de carne y hueso sino! Mantra laboral… Preséntese a tal horario, diga esto, prepare esto, no se le olvide llenar la tarjeta de tiempo, avise cuando vaya al baño.

Me volví un hombre sin merito alguno, un autentico poor fucker. Salario de indocumentado, impreparado, analfabeta (bueno exagero) igual de todos modos tengo derecho a quejarme.

Desde hace tiempo dejo de importarme la deshonestidad de la gente y por eso vivía mejor. Yo no necesitaba la veracidad de la gente ni el servicio al cliente. Yo trataba con gente porque necesitaba trabajo y dinero. Requería una relación con mis queridos todos y atender el gato, pues era mi error técnico y no había manera de deshacerme de él. Además tenía que servir su servicio literario en mi vida, pero aun estaba joven y no sabía más que dormí, comer y chingar.

Y bueno ahí está la ironía riéndose de mi.

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