En la era digital de alta definición (HD en breve) es fácil aprender a vencer los viejos estigmas para así hacerle frente a la vida y al tiempo. En los últimos meses me he dedicado a llevar mi historia a la pantalla de alta definición. Sentía que las cosas iban bien, escalaba cielo tras cielo y cada vez creía que de las nubes no me caería. Sin embargo llega una temporada en donde todos los logros parecen solamente estar inflados y la realidad que uno vive no es más que un invento de la imaginación. Es entonces cuando la realidad comienza a desinflarse y uno se siente plano y sin chiste.
¿Pero qué ha pasado?
En las últimas semanas una serie de circunstancias no favorables, digamos problemas meramente de características borreguiles, me han empujado a emplearme como ser humano-borrego. Esto me ha conducido a una serie de preocupaciones de la vida diaria y de paso a sentirme dentro una frecuencia análoga. Si bien hace unos meses atrás mi existencia era bien HD ahora ni con antenas de bandas VHF o UHF agarro la frecuencia deseada. A tal grado que llevo una rutina simple para poderme desempeñarme como borrego, vivo con lo justo, hago lo que tengo que hacer y llevo una imaginación limitada.
Me propuse hacer algo con los huesos y la bicicleta, encontrar las páginas de los libros, escribir sobre algo sobresaliente en el ámbito de mis sombras y sigo sin encontrar el camino. He intentado en vano porque mi persistencia esta distraída. Cada que trato siento que los caminos se han hecho cortos, que los libros tienen candados, y que en los papeles ya no se puede escribir.
Son días de frecuencia análoga.
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