Tuesday, October 13, 2009

Vecino apage la alarma de su carro

Por la madrugada la alarma de un carro sonó por 15 minutos despertando a medio vecindario menos al dueño. A penas desperté me comenzó a doler la costilla, tuve sed poco después hambre. Pensé en el refrigerador pero la cama no me quiso soltar. Opte por mirar hacia el techo para encontrar la nube de donde me había caído. Después abrase mi almohada buscando el sueño, gire de un lado a otro y me perdí en unos malos pensamientos.

Es tan dulce quedarse dormido porque no se tiene el recuerdo de cuando caigo rendido. Distinto ocurre cuando despierto porque apenas abro los ojos reconozco la montaña de tareas que debo de hacer. Es prácticamente la misma vaina solo que en distinto día. El milagro del café y presto asumir la responsabilidad cumbre de los humanos que es trabajar para subsistir no hay demás. A pesar de que hago lo debido aun así me salen por menores que se agregan a la lista de preocupaciones. Quizá un órgano me falle algún día y termine en el hospital—esas serán mis verdaderas vacaciones. Ya de por si mis huesos no aguantan actividades extremas. Mi mente huye de los conflictos. Mientras el espíritu busca la paz por medio de la desobligacion y el despilfarro. Al menos en los últimos años mi mejor remedio para la gripe se ha convertido en el vino tinto. Es difícil, y lo tengo por entendido. Ya no es suficiente con lo que hago. A estas alturas mi proyecto dionisíaco lleva más esfuerzo, tiempo, y dinero de lo que estime originalmente. Todo lo que hago parece ser tragado por el calendario gregoriano cuyos nefastos 30 y pico de días no son suficientes.

A la distancia escucho merodear a mis vecinos quizás como yo preguntándose de quien jodidos es el carro con la alarma. Quisiera unírmeles y buscar al culpable gritarle “hijo de puta y tal”, pero me duele tanto la costilla que me quedo deseando volver a dormir. La inhabilidad física me hace girar de un lado a otro, en el lado izquierdo encuentro el pasado y en el derecho poco después encontró el porvenir. ¿Con cuál quedarse? Vuelvo a mira hacia el techo. Es mejor evitar el uso de palabra o constituir lo que estoy sintiendo demasiado tengo con mi pensamiento. Navego entre preguntas de repente me inquieta saber saber como esta Ch. ¿Habrá ido a Rusia?, ¿habrá encontrado la paz que buscaba?, ¿seguirá de impertinente y voluble? Una de las cosas que mas recuerdo de ella es sentirla levantarse en medio de la madrugada para ir al baño. Quizá su aparato digestivo seguia horas chinas o quizá no quería que oliera su popo. Hasta ahora esto lo unico que nunca conocí de ella. Realmente nunca lo entendí y ahora recordar esto me lleva a un estado puro de perplexidad.

Por fin un vecino desahoga su enfado, grita desde su ventana “turn your fucking alarm off”. Coincidencia o no el dueño aparece en la escena del crimen, apaga la alarma… la noche continua su mandato, los vecinos regresan a sus camas, y mi sueño reaparece… Lo respiro y sin saber me vuelvo a hundir en su aroma dentro.

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